Mis vestidos, esto no es lo mío o si?
Hoy después de casi 6 años de mucho trabajo por fin estoy haciendo lo que tanto soñé. En medio de mi tienda Velazca los Angeles está mi pequeño estudio. Tengo una mesa, una máquina de tejer, una maquina fileteadora industrial y otra industrial de aguja simple. Todas están viejitas y muy usadas pero sirven, y ya casi completo la plata para comprar la plancha.
Me da un poco de risa mientras leo lo que acabo de escribir. Definitivamente cada loco con su tema, unos ahorrando por el carro, la casa, relojes, el viaje o lo que sean sus sueños y yo ahorrando por una “toche” plancha. Y es que así me tocó esta cabeza, y contra eso aprendí a no pelear.
Pero el objetivo de escribir esta entrada, aparte de tener una nota con fotos y detalles para que después no se me olvide, es poder compartir mis primeros vestidos y un par de realidades que tengo que aceptar para seguir creciendo.
Han pasado casi 30 años desde que cogí mi primera aguja y me enamoré de la idea de hacer ropa. Así que no es que me levanté un día y dije quiero ser diseñadora porque es muy “cool”, sino que eso nació conmigo, y aunque peleé toda mi vida contra la idea, acá estoy, haciendo exactamente lo que me gustaba hacer de niña.
Por esa razón renuncié a mi carrera como abogada, porque existen cosas que son mas fuertes que uno mismo y muy a pesar de haber hecho este cambio hoy después de tantos años, y tantas cosas que he tenido que vivir para llegar a este momento, no me siento con el derecho de aconsejarle a nadie que renuncie y haga lo que le gusta, porque existe una gran diferencia entre los instintos y los impulsos y muy pocas personas reconocen la diferencia.
Renunciar y hacer lo que a uno le gusta, siempre suena muy atractivo, es de hecho muy fácil de aconsejar, especialmente por aquellos que nunca lo han hecho. Yo que lo he hecho les puedo decir que nunca me imaginé en lo que me estaba metiendo. Pero el tema acá no es si es trabajo duro o no, porque a estas alturas reconozco que todo trabajo es duro, como emprendedor, como artista, como empleado o empleador. El cuento va en saber cuando en realidad se está renunciando por un sueño y cuando se está renunciando por renunciar.
Después de 6 años haciendo esto por fin empiezo a entender el sentido de lo que es esta profesión. Todavía no se mucho, soy una primípara literal y sé que el camino será demasiado largo, pero al fin pude vivir una pruebita de lo que se siente vivir su sueño al ver mis primeros vestidos en la exposición textil de FIDM.
Me llevo 6 semanas el proceso inspiración, ilustración, programación, tejido, patronaje y ensamble de mis dos primeros bebes que por los siguientes 6 meses estarán expuestos en la vitrina de Diseño de Tejidos de FIDM junto a los vestidos de mis compañeras. Yo misma hice las telas, que es lo que hace mi carrera algo tan único, porque se nos especializa no solo como diseñadores de modas sino también textiles y en manejo de maquinas de tejido industriales.
Los vestidos los hicimos para la exposición textil de FIDM. Un evento privado y muy elegante donde se presenta el trabajo de los estudiantes de diseño textil y de tejidos. En medio de un montón de personas de la industria de moda, prensa e invitados a este evento privado escuchaba mi nombre por todos lados “Esta es Monica – Te presento a Monica – Monica una foto – Monica -Monica -Monicaaaaaaa” Mi compañera Rachel que estaba en las mismas que yo se paró a mi lado y nos mirabamos con cara de qué hacemos? Me quedé parada en un rinconcito junto a mi stand, miré mis muestras y todo el trabajo que he hecho desde que empecé la escuela y empezaron a llegar recuerdos a mi cabeza.
Recordé a mi mamá Oliva (mi abuela) cogiéndome las manitas de niña enseñándome a hacer una cadeneta y diciéndome que lo importante era que aprendiera a coger bien las agujetas. Recordé a mi Tia Vitalia regañandome porque le había partido la aguja de la máquina y después dándome una bolsa con retazos y diciéndome que las cosas se debían aprender en orden, que primero aprendiera a coser a mano y después podía aprender a usar la máquina.
Y es que las cosas son como son. Posiblemente como dijo Michel Kors me tomará 20 años convertirme en un éxito de la noche a la mañana, pero hoy por fin he entendido que en el camino del éxito los atajos NO EXISTEN. Así que mientras escribo esta entrada para que nunca se me olvide cada paso que voy dando en este camino mi consejo para mi misma y para quien lo quiera tomar es que no renuncien cuando el camino se ponga pesado, renuncien cuando el camino sea incorrecto.
Porque señoras y señores lo único que en en el colegio no nos enseñaron es que entre mas lejos se quiere llegar, mas se arriesga, mas se sacrifica y la palabra renunciar NO EXISTE. Ahora entiendo muchas cosas, entiendo el valor del proceso creativo, del desarrollo de un producto, y lo mas importante es que entiendo que ahí voy paso a paso, pero haciendo las cosas como deben ser.
Espero poder llevar y exponer los vestidos en Colombia el próximo año y compartirles la hermosa y rara disciplina en la que me estoy especializando Diseño de Modas en Tejidos. Me hace mucha ilusión que ustedes puedan observar directamente y enamorarse de este milenario arte desarrollado a un nivel matemático y de ciencia y de diseño avanzado (Si esas son las malas noticias, hay muchas formulas matemáticas en tejidos) y cruzo dedos para que cuando me sea posible las tejenderas y tejenderos colombianos me den el honor de poder sentarme y aprender de ellos.
De nuevo muchas gracias por leer y una vez mas nos quedamos conectados Hasta que la Moda nos Separe.