Luisa Castellanos
Hablar de Luisa Castellanos es un tema que se me complica un poco. Soy consciente de sus éxitos y la primera en sacar pecho con sus logros, pero ante mis ojos Luisa es esa hermanita chiquita a la que no termino de criar y aunque me toca jalarle las orejas de vez en cuando no deja de seguir haciéndome reír con sus historias y de sorprenderme con su forma irreverente y simple de ver la vida.
En casi una década de amistad y proyectos es difícil para mí entrevistar a la exitosa ilustradora Luisa Castellanos, pues al fin y al cabo entre ella y yo las cosas siguen siendo como siempre y por esto la invite a que desde su casa en las pijamas de Velazca nos contara sobre el único tema que logra que su mundo se detenga “El man de su vida, Juan Martin.”
MB. ¿Cómo conociste a Juan?
LC. En esa época yo decidí vivir en Pamplona un tiempo. Estaba en el gym, el me vio y le preguntó a su prima sobre mí. Me escribió un mensaje en Facebook invitándome a tomar un café y hablar. El mensaje era tan formal y decente que no supe cómo decirle que no (risas). Obviamente miré el perfil, como él es cero redes sociales, yo pensé que era un perfil falso (risas) pero teníamos una amiga en común y ella en dos minutos me averiguó de todo y me dio súper buenas referencias.
Yo le respondí muy casual y el todavía súper serio y formal me pidió el teléfono y resultó que tampoco tenía WhatsApp (risas) Quedamos en tomar un café, yo ni me arreglé y llegué media hora más tarde cuando él ya se iba a ir.
Cuando lo vi pensé «está lindo ese calvo» y yo siempre dije que con un calvo nunca, pero empezamos a hablar y me encantó y colorín colorado «no nos hemos matado » (risas).
M.B llevan más de dos años. ¿Por qué crees que las cosas han funcionado?
LC. Juan Martin llegó en un momento de mi vida donde yo me había dado cuenta que para uno estar con alguien muy vacano uno primero tiene que convertirse en esa persona. Él llegó en una etapa en donde yo empecé a trabajar en mi misma. Pienso que si yo no hubiese estado tan enfocada en mis cosas y trabajando en mejorar no estaríamos juntos.
A Juanmar lo conocí en una etapa bonita, a mí me empezaron a andar las cosas y a él también le empezó a ir bien, de hecho siempre nos decimos que somos el amuleto de la suerte del otro.
En nuestra sociedad es muy común que se espere que una relación sea un drama, que las viejas son unas celosas, que una persona debe ser dueña de la otra y que ya no se puede ser afectuoso con sus amigos, pero con Juanmar todo es diferente. A pesar de que él es santandereano y no expresa muchos sus emociones yo soy muy expresiva y cariñosa con toda la gente que quiero y él ha respetado mi manera de actuar y ver la vida.
La cosa con el tema de las relaciones es que uno mete las patas cuando empieza a poner el amor que le tiene a un hombre por encima del que se tiene a uno mismo. Cuando nos conocimos yo estaba trabajando en mí y eso fue lo que a él le gustó. Tu sabes, antes de eso yo era una boba desocupada y pues encontraba lo mismo, un poco de bobos desocupados sin nada en la cabeza. Pero cuando uno está en su vuelta, enfocado y trabajando en lo suyo, si llega cualquiera a decirle pendejadas uno no tiene tiempo ni atención para eso.
MB. ¿Cómo reacciona Juan ante tu activismo con el tema del feminismo?
LC. Cuando yo empecé con el yo no sabía nada sobre el feminismo, pero algo que si tenía claro después de tener relaciones malucas era que lo que hace funcionar una relación es la igualdad. Juan y yo nos repartimos todo por igual, de hecho mi tema del feminismo viene en gran parte de tener una relación feminista. Juanmar fue criado por puras mujeres y viene de una familia donde ellas llevan las riendas, pero ojo eso no significa que las mujeres están sobre los hombres o que los quieren dominar, al contrario mi relación con el me abrió más los ojos sobre lo que realmente es el feminismo y por eso y por mucho más yo literalmente muero por el man.
M.B ¡Y son socios en Eloisa!
Somos socios en Eloisa, él es como el aterrizado (risas). Yo soy la parte creativa y él la administrativa. Somos un muy buen complemento trabajando, así él a veces me quiera matar y yo a él (risas).
M.B ¿y por qué decidieron irse a vivir a Ámsterdam?
L.C Él me lleva muchos años de experiencia laboral y estaba cansado de vivir en Bogotá. En su empresa se abrieron muchas oportunidades y como es de los mejores un día me dijo «yo voy a aplicar a cargos fuera del país sabiendo que tú te vas conmigo para donde sea».
Empezó el proceso y le salió la oportunidad de la vida en Dubái pero él sabía que iba a ser muy difícil para mí conseguir trabajo y vivir allá así que pensando en que los dos debíamos estar bien rechazo la oportunidad. Luego le llegaron propuestas de Singapur y Ámsterdam y decidimos irnos a Ámsterdam.
M.B ¿Qué tal la convivencia?
L.C Él es muy tranquilo, nos repartimos todo, tenemos la gatica y esa es nuestra pequeña familia. Él es a veces muy calmado, muy pero muy calmado (risas) pero no tengo nada que decir, nos llevamos muy bien y nunca hemos tenido una pelea así como para decir amenazados por convivencia (risas).-
M.B ¿Consejos de relaciones?
L.C que sean bien feministas (risas), esto no es de odiar a los hombres ni nada de eso. Es lo mismo que te dije antes, es quererse a uno más de lo que los quiere a ellos. Obviamente todas tenemos que vivir malas experiencias para aprender pero teniendo claro que uno esta primero se lleva mejor la cosa.
Conocer a Luisa es un poco menos glamuroso de lo que parece, en su vida diaria se levanta, se da un baño se vuelve a poner su pijama y se sienta frente al computador a trabajar. Es chistoso verla despeinada muerta de risa en pijama viendo memes, pero en medio de esa simplicidad caos y dosis de regularidad nacen las ilustraciones más hermosas que haya visto.
Es una mujer sencilla que ha apoyado cada uno de mis pasos desde el primer día y que hoy una vez más hace parte de mi historia con el lanzamiento de mi línea de pijamas Velazca. Pijamas inspiradas en una mujer como ella, mujeres que entienden que tener estilo es usar lo mejor cuando nadie las está mirando. Mujeres que luchan cada día por su libertad, mujeres que entienden que en la privacidad de un pijama nacen las grandes ideas, se toman las grandes decisiones, se construyen imperios y se conquista el mundo.
Con esta entrada no me queda más que invitarlos a darse el placer de usar nuestras pijamas y con el corazón un poquito arrugado decirle buen viaje a mi pequeña «groncha”, como siempre la he llamado. Buen viaje y que esta nueva vida no te falte una pijama Velazca.
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Pijama Dotty
$180.000