La verdadera Kika Rocha
Siempre lo he dicho: la mejor forma de conocer una persona es viajar con ella. Es por eso que después de pasar 24 horas por 8 días continuos con Kika Rocha por los rincones de Colombia, me siento capaz de escribir esta entrada para contarles mi honesta opinión sobre ella.
Muy a las 7:00 a.m. Kika me recogió en el apartamento de un amigo en Bogotá. En aquel momento ella iniciaba sus travesías por Colombia en su Mazda 3 visitando a sus amigos diseñadores por el país. Cuando subí al carro, ella estaba impecablemente arreglada y yo solo me preguntaba cuanto le iba a durar el look, porque al fin y al cabo íbamos a viajar muchas horas y tarde o temprano le iba a tocar sacar literalmente “la sudadera”.
Durante el primer día de viaje conocí a la empresaria. Me contó sobre su trabajo como periodista de moda, sus 30 años de experiencia en la industria con un montón de historias super divertidas de como le había tocado labrarse su camino en el periodismo por encima de su familia, su medio social y de lo que se esperaba de ella después de haberse graduado como abogada. Mientras me contaba sus historias saltaban todo tipo de nombres de familias y personajes colombianos que yo solo he escuchado en noticias y a los que ella se refería con gran cercanía. Era mas que obvio que veníamos de mundos totalmente opuestos, pero ahí íbamos las dos en un carro hablando de historia, de política, de libros, árboles y curiosamente poco o nada de Moda.
Esa noche, al día siguiente y el resto de días me quedé esperando a que saliera medio arreglada, nunca pasó. La primera verdad que puedo contar sobre Kika Rocha es que de día, de noche, con maquillaje o sin maquillaje, siempre está perfecta porque al fin al cabo con cámaras, sin cámaras, en publico o en privado, Kika Rocha siempre es Kika Rocha.
Para los siguientes días las caras de negocios, moda, y demás se habían terminado. Llegó ese momento de opinar y de preguntar mas allá de lo formal. En medio de horas de viaje, fotos y hermosos paisajes empecé a conocer a esa mujer a quien también le han roto el corazón profundamente, a la que ha luchado con su autoestima, a la victima de matoneo en el colegio, de criticas abusivas, a la que llora cuando no la quieren ayudar a abrir una puerta a un buen diseñador, y a la que simplemente cree en las manos de su gente.
Hablé poco y pregunté mucho. Para mi era casi increíble que una de esas mujeres con tanta influencia sobre la industria de la Moda en Colombia y en la inmensa comunidad latina en Estados Unidos, se relacionara con la gente de las tiendas en el camino con el mismo cariño y dedicándoles la misma calidad de tiempo que con los diseñadores que visitamos en nuestra ruta.
Mientras escribo no puedo dejar de soltar no una sino muchas sonrisas y una super carcajada de pensar en lo chistosa que es. De hecho, por andar enamoradas de Barichara se nos alargó el tiempo, terminamos en un trancón de más de 3 horas en el Páramo de Berlín donde me sacó su repertorio de chistes y memes y sin pena ni gloria se fue acurrucando al lado del carro a una temperatura de menos cero porque de la risa ya no aguantaba las ganas de ir al baño. Así que puedo decirlo, contarlo y re contarlo, la mujer es una guerrera y super descomplicada, contrario a todo lo que pareciera.
Hoy pienso muchas cosas y sigo confirmando que el mundo es perfecto. Antes de conocernos personalmente dudé muchas veces ante la opción de que ella fuese embajadora de mi marca, me preocupaba profundamente que no lograra conectarse con el ADN de Velazca, me aterraba que su visión se quedara simplemente en ver nuestra ropa como bonita o no bonita y estaba preparada para darle las gracias y seguir adelante si eso llegaba a ocurrir, pero la vida me tenía una sorpresa.
Kika no solo se enamoró de nuestra ropa, sino que curiosamente es ejemplo de nuestra esencia. Kika es la representación de la mujer Velazca, esa quien se hace a punta de trabajo, de persistencia. Es la mujer que soluciona, la que construye, es aquella que da resultados, la que se detiene en el camino y crea susurros a donde quiera que entra. Una mujer vestida con lo que se merece y no con lo que puede, una mujer de mundo, de casa, de todos y finalmente de nadie.
Hoy termino de escribir esta entrada, un día después de terminar mi nueva colección, esa colección dedicada a esa amiga que perdí hace unos meses y a la que sigo extrañando con el alma y aunque siempre he pensado que a estas alturas de la vida ya es casi imposible hacer verdaderos amigos, termino diciéndoles que de la manera más particular y sobre todo inesperada en mi corazón se ha colado el nombre de Kika Rocha, o como con todo el cariño hoy la llamo, mi adorada Doña Francisca. La moda me ha regalado una amiga, una que con todo el cariño hoy comparto y espero que el camino siga dándome lecciones y paso a paso siga sorprendiéndome con gente MÁGICA.
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Pantalón Mateo
$290.000 -
Camisa Vita
$180.000