9 años y una pandemia después
La última noche de Marzo de 2011, casi todo estaba listo. La apertura de mi primera boutique VELAZCA se llevaría a cabo el 1 de Abril a las 6:00 p.m. Tenía nervios porque era mi primera boutique, casi todo lo que teníamos de decoración era prestado porque con la plata del banco había pagado el local y la remodelación. Recuerdo muy bien que me faltaban los ganchos, y conseguí unos de alambre amarillos en el mercado (risas) eran horribles.
El 1 de Abril estábamos corriendo acomodando todo, faltaba una parte eléctrica y mi papá era el encargado. Yo corría para todos lados y mi papá por alguna razón se movía más despacio de lo normal. Noté que se tocaba mucho el pecho y yo le pregunté qué le pasaba. Recuerdo muy bien que me dijo que le dolía y yo me olvidé por completo de la inauguración, en un solo segundo mi nuevo proyecto y todo lo que habíamos hecho dejó de importar. Me dijo que lo dejara terminar y cuando dejó listo todo nos subimos al carro y nos fuimos al hospital. Eran las 5:30 de la tarde, yo no me había cambiado, la inauguración era a las 6, pero a mi solo importaba él.
En la puerta del hospital mientras esperaban el ingreso a urgencias mi mama me dijo que me fuera y yo le dije que no. Mi papá me dijo que me fuera, que tenía que terminar lo que había empezado y mi mamá me dijo «aquí estamos los dos, ahorita vamos para allá, pero termine lo que empezó.»
Esa fué el momento más largo de mi vida, regresé a la tienda, me puse un vestido y unas botas, no me peine y la gente empezó a llegar, pero mis papas no llegaban. Yo sólo estaba pegada al teléfono, mi papá tenía un antecedente de dos preinfartos y una cirugía de corazón abierto.
Nunca supe si ese día la gente notó algo, pero lo que sé que todos recuerdan es que cuando llegaron mis papás a la inauguración yo empecé a hablar y no dejé de llorar en todas mis palabras. No lloraba por la emoción de finalmente abrir las puertas de mi proyecto Velazca, lloraba porque mis papás estaban ahí juntos de la mano y conmigo.
La vida tiene una forma de enseñar increíblemente perfecta, hoy mientras celebro el recuerdo de la inaguración de mi primera boutique mientras vivimos una pandemia, donde las estadísticas económicas no van a nuestro favor, el universo tiene formas de recordarnos que todo pasa por algo y que en este momento lo único importante es cuidarlos a ellos, es por eso que aquí les dejo las palabras de mis papas de hace 9 años en tiempos difíciles:
“Vaya mamita terminé lo que empezó y no se preocupe que nosotros ya vamos para allá.”